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Por: Lulu Moreno

Twitter: @Luloncita

Don Alfonso[1], como lo vamos a llamar en esta historia, es un colombiano que como muchos, lucha cada día por sacar a su familia adelante, sin embargo, lo que hace peculiar a este personaje, es la manera en que llego a ser un ganadero del Humedal Tibabuyes.

Don Alfonso, es una persona sencilla, honrada, conversadora y como se dice comúnmente «echada pa adelante», que después de trabajar 23 años en el Banco de Bogotá inconforme con su salario y  el ambiente laboral, decide  lanzarse de ganadero en los humedales capitalinos. Y es aquí donde comienza su historia, tras renunciar a su empresa y al verse obligado a pagar las carreras universitarias de  sus hijas, este personaje decide aventurarse a comprar vacas y entrar en el mundo de la ganadería.

Y es estando en los humedales, que se da cuenta de que las vacas tal vez podrían  ser una buena inversión, ya que según nos argumento Don Alfonso, no solo logro pagarle a sus hijas las carreras universitarias de medicina y licenciatura de idiomas; sino logro conseguir alrededor de setenta vacas para continuar con su negocio, el cual le fue provechoso solo durante algunos años.

 

Ya que es el mismo Don Alfonso  que nos cuenta que las cosas ya no son como antes, que el suelo ya no es el mismo, y que las vacas no producen leche como antes, puesto que las consecuencias de sus actos pasados, ahora se están viendo reflejadas. De las 70 vacas que tenia, ahora solo le quedan 28, y que posiblemente en un par de meses solo sean 10, ya que la administración de humedal le informo que van a enrejar el Humedal y que no puede continuar con su labor.

Pero lo inusual de esta historia no para aquí, ya que no solo es difícil de  imaginar como Don Alfonso,  un hombre  que solía vestir de traje y ser un prestigioso empleado, de un momento a otro se revela, y decide convierte en un ganadero que pasa todos sus días en el  Humedal Juan Amarillo vigilando a su ganado, y que de la corbata que solía usar solo queda un simple recuerdo, es así, que se esperaría que  este hermoso ecosistema le fuera indiferente a Don Alfonso, uno de los hombres  que más perjudica al Humedal de Tibabuyes con su actividad ganadera.

Sin embargo, es asombrosa la manera en que este hombre, lucha diariamente contra perros y gatos,  para alimentar a los curies con cascaras de lo que encuentre según lo expresa Don Alfonso, para que estos animales perduren en este maravilloso ecosistema.

Don Alfonso, consciente del daño que esta ocasionando en el humedal, lo único que espera  es que por fin le otorguen su tan añorada  pensión, para poder retirarse de su negocio, esperando que algún día el daño que ha causado en el humedal sea resarcido, convencido que el dinero que logro obtener por medio de su actividad ganadera, no justifica los efectos y las huellas que dejo sobre este magnifico ecosistema.

Enseñándonos por medio de su historia, una increíble  lección “No midas tu riqueza por las cosas que posees, sino por aquellas que no cambiarias por dinero”.



[1] Por petición del protagonista de esta historia, su nombre  ha sido  modificado.

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Lulu Moreno

Ambientalista de corazón, acción y profesión... Interesada en los Humedales, Apasionada por los Animales, Amante de la Vida a Carcajadas y Luchadora Voraz de Cada Sueño ...

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2 comentarios

  1. cada cosa nos demuestra que más allá del problema ambiental, hay un serio problema social de fondo…

  2. La crónica parece sesgada. ¿Una persona humilde con 70 cabezas de ganado? No parece muy creíble.

    En la comunidad de Ciudadela Colsubsidio otra es la versión. Como crónica social se debió acudir también a conocer la versión de la comunidad, cuyos esfuerzos por mitigar los impacto de estas actividades irregulares han sido en vano, pues se cuenta que los propietarios de este hato tiene influencias en las autoridades que han impedido cualquier acción. Se dice que los propietarios de este ganado son también quienes manejan un parqueadero ilegal que funciona en la entrada al parque y que ocupa un terreno de reserva vial, además evaden impuestos. En la comunidad se habla que las dos actividades irregulares que devengan altos ingresos son propiedad de un militar retirado, que mueve influencias para proteger sus intereses en perjuicio del bienestar de la comunidad y del medio ambiente.

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2 thoughts on “Crónica Social: Ganadería en el Humedal Tibabuyes

  1. La crónica parece sesgada. ¿Una persona humilde con 70 cabezas de ganado? No parece muy creíble.

    En la comunidad de Ciudadela Colsubsidio otra es la versión. Como crónica social se debió acudir también a conocer la versión de la comunidad, cuyos esfuerzos por mitigar los impacto de estas actividades irregulares han sido en vano, pues se cuenta que los propietarios de este hato tiene influencias en las autoridades que han impedido cualquier acción. Se dice que los propietarios de este ganado son también quienes manejan un parqueadero ilegal que funciona en la entrada al parque y que ocupa un terreno de reserva vial, además evaden impuestos. En la comunidad se habla que las dos actividades irregulares que devengan altos ingresos son propiedad de un militar retirado, que mueve influencias para proteger sus intereses en perjuicio del bienestar de la comunidad y del medio ambiente.

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