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…Ven a poblar el zócalo de ojos,
Siembra de Migas de pan caliente
mis canas de alcanfor adolescente.
Ponle al sordo voz y alas al cojo…
Joaquín Sabina
El estado actual de los humedales en Latinoamérica y Centroamérica refleja la pérdida de identidad, memoria y soberanía, una perdida cultural que la misma comunidad ignora, por la negación de pensarse como un todo y si como un uno. Sin duda alguna la degradación sustancial del territorio también se ha venido visibilizando por la implementación de políticas públicas irresponsables que obedecen al interés particular, creando un imaginario de que los humedales son un problema de salud pública, que se soluciona urbanizando lo natural y cementando el agua.
Así como en Bogotá se han canalizado los diferentes ríos que contienen nuestra memoria de cuidad, en Mazatlán situada en el estado de Sinaloa de México, no están muy lejanos a nuestra realidad, también han canalizado su cultura. En ambas ciudades hay algo en común, el curso natural del agua se ha intentado dominar sin éxito, posibilitando más las inundaciones en temporadas de lluvia.
Mazatlán, es una ciudad rodeada de humedales costeros urbanos y rurales, y al igual que en la cuidad de Bogotá la contaminación hídrica y edafológica no se detiene, la alteración de los ecosistemas para las especies animales y vegetales es constante y trágicamente repetitiva. Su invasión es incontrolable de manera legislada o por segregación social (caso Bogotá). Uno de los humedales urbanos más significativos de la cuidad de Mazatlán es la laguna de camarón muy cerca al malecón del océano pacifico y la avenida Rafael Balbuena, este humedal se encuentra tan urbanizado que no se identifica una delimitación con las construcciones, los niveles de contaminación hídrica posiblemente son elevados por la turbiedad del agua y los olores ofensivos. Además, según autores mexicanos pueden tener varias conexiones erradas.
Las problemáticas no solo del humedal laguna de camarón, sino de varios como el Infiernillo, la Urías, la Sirena, etc. de la cuidad de Mazatlán, se encuentran en un gran riesgo, posiblemente por vertimientos, urbanización, disposición de residuos sólidos, etc. Estas problemáticas se identifican en un gran porcentaje en los humedales de Latinoamérica y Centroamérica, por lo cual los ciudadanos debemos replantear el que hacer día tras día, en búsqueda de la conservación del territorio.
Somos irremediablemente repetitivos, no entendemos, ni reflexionamos acerca de las problemáticas de los humedales, estratégicamente resulta conveniente para unos cuantos que carezcamos de re-encontramos con nuestra cultura, la cual es transportada por las aguas del pensamiento y donde a través del territorio la sembramos.
El caso de los humedales de la cuidad de Mazatlán en México, es el caso de todos los humedales, donde la contaminación más crónica se encuentra en nuestra mente y nuestro caminar. Sin embargo, esta contaminación física es el reflejo de la contaminación de nuestro olvido. Todos y todas tenemos el deber de re-pensarnos y re-actuar en cualquier territorio, porque no podemos permitir que sigan existiendo las fronteras y límites.
Algunos son consientes del estado actual de los humedales en Colombia. Hoy ya son más los consientes de que América requiere los humedales como un territorio de cultura y pensamiento, como camino al retorno, para volver al agua, para volver a la tierra.
Autor: Oscar Daniel Pérez Méndez, twitter: @OscarDPerez26
