De Tibanica a Neuta … caminando en espiral
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Por: Jasbleady Castañeda

 

La Gran Minga de Bakatá empezó su recorrido, moviéndose en espiral por distintos lugares, para mostrarnos como la gente  defiende y resignifica su territorio.

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En el encuentro de la Gran Minga Bakatá que se llevó a cabo el 22 de septiembre de 2012 en el Pantano La Libélula, se propuso iniciar un recorrido en espiral, que permitiera vivenciar diversas maneras de reconocimiento y resignificación del territorio.

Así que empezamos nuestro recorrido en el Humedal La Tibanica, el “Portal de los Altares” de donde proviene el Dios Chiminigagua.

El día anterior a nuestro paso por Tibanica, la preocupación de varios de nosotros era grande, pues era el momento de saber si realmente el espiral continuaría su camino y si muchas o pocas personas se unirían a este rumbo. Entonces nos llenamos de preguntas, ¿cuántas personas asistirán? ¿Llevamos el fogón? Entre otras muchas que empezaron a surgir y que entre palabras y tiempos se fueron resolviendo.

La madre tierra es sabia y a muchos de nosotros nos hizo entender que nadie ordena, que no se necesita una preparación estricta, que solamente ella nos abre el camino y nos ayuda a transitarlo. Que solo ella nos dice cómo, dónde y cuándo nos dará permiso para cada una de las acciones que en el pensamiento y en la acción han ido surgiendo.

Así fue, como llegamos después de nuestro encuentro y de perseguir la huella del agua al Humedal La Tibanica. Orientados por dos compañeros indígenas, con música y palabra pedimos permiso al padre y la madre y a cada uno de los espíritus aire, agua, fuego y tierra que nos acompañaran y guiaran el trabajo del día.

 

La madre tierra ordenó de manera sutil, lo que debíamos hacer y empezamos a trabajar, con la idea de limpiar, limpiarnos, sembrar y sembrarnos, para lograr reconocer el territorio y entender lo que éste tenía para decirnos.

Poco a poco empezaron a llegar personas de diferentes lugares, con distintas miradas y con nuevas propuestas para llenar de contenido esto que comienza y que ahora toma aún más fuerza. Llegaron niños, muchos niños, que nos han hecho ver que además de sembrar en nosotros y en la madre tierra, son ellos realmente la semilla que dará frutos, serán ellos los encargados de continuar el camino y de transformar el pensamiento.

 

Ya en el trabajo cada quien tomó un rumbo diferente, sin olvidar que estábamos juntos en pensamiento y en el actuar. Algunos empezaron a limpiar Tibanica, de tantos años de pensamientos errados que nos han hecho consumir productos innecesarios que van a parar a este útero de la madre tierra y que seguramente pasarán muchos años más para que comprendamos nuevas y mejores maneras de actuar.

Algunos compañeros empezaron a construir chagras circulares que luego fueron sembradas con semillas de maíz, trompeto y ciruelo que se habían traído como ofrenda a Tibanica. Algunas semillas quedaron allí para que Tina Fresneda, protectora incansable del humedal, las siembre con la paciencia que ha tenido durante años al cuidar este su territorio y que contra viento y marea ha luchado para que las personas comprendan la importancia de este lugar.

 

En una de las chagras fueron sembrados tres árboles, ubicados señalando aquellos lugares de importancia para nuestro territorio Muisca (Bosa – Soacha, Usme, y el pantano La libélula) y como un presagio de la propuesta de recorrido en espiral que luego surgiría.

Entonces nos sembramos y limpiamos el espíritu, luego llegaría la palabra en el encuentro con la gente que asistió, cada uno con ideas, con afanes de actuar y preocupaciones, pues Tibanica nos mostró que le falta compañía, que sus suelos son fértiles y llenos de vida, que su protectora está luchando contra un mar de inconvenientes, que tenemos que apoyarnos y actuar, que esto es solamente parte de lo que encontraremos y que esperamos dar una enorme voz como gente, como ciudad, como país, solo así muchos conoceremos o reconoceremos nuestro territorio.

Entre las charlas del laborioso día, se nos hizo la invitación por parte de dos de los compañeros asistentes a la Minga para conocer un lugar desconocido para muchos, aunque por su forma y sus actuares nos haya parecido realmente familiar. Después de la minga en el Humedal La Tibanica en Bosa el camino nos llevó al Humedal Neuta en Soacha.

Neuta es un lugar hermoso, asombroso, que deja ver en su recorrido el tiempo que llevan infinidad de manos luchando por su permanencia y creando un proceso social con la comunidad aledaña y los jóvenes que de él hacen parte.

Al llegar, se observaban varios jóvenes charlando entorno al fuego y a una olla comunitaria donde compartirían alimentos como los que compartimos en las mingas los que venimos de Pantano La Libélula. Junto a los jóvenes, una casita pequeña con colores de naturaleza, como mostrándonos un sueño que algún día se hará tangible en el pantano, “teníamos que ver esa casa” es un sueño hecho realidad en un lugar tan familiar como el nuestro.

 

Hemos caminado junto con Camilo, uno de los jóvenes que lidera el proceso en Neuta, vimos cientos de aves volando y posando ante las cámaras de nuestros compañeros. Las monjitas volaban en bandadas, un andarrio levantaba la cabeza y silbaba como saludando, decenas de tinguas corrían sobre el buchón y algunas con su hermoso pico amarillo buscaban el espejo de agua hecho por los jóvenes para acercase a jugar, los curies corrían a lo lejos de un lado a otro.

Dice Camilo que eso solo ocurre cuando la madre naturaleza nos quiere saludar. Así es, se nota la alegría y nuestro asombro, la pachamama nos trajo a un bello lugar y nos hemos sentido realmente afortunados.

La palabra del colibrí que es quien nos junta y nos congrega se ha hecho presente y nos ha mostrado el camino a seguir. Frente a nosotros se encuentra un sol resplandeciente y montañas enormes que nos cuentan historias pasadas del territorio muisca, de rituales donde enterraban a sus muertos, de ofrendas y pagamentos a la madre tierra. Luego fueron víctimas de saqueos, de construcciones, como consecuencia de un innegable quebranto de identidad y memoria, ahora muchos somos los que con luchas incansables queremos recuperar lo perdido.

Recorrimos Neuta como un reencuentro con nuestro ser y nuestra memoria. Cómo un paso más para entender el camino a seguir en el espiral y nos despedimos de los compañeros con el acuerdo de volver para recorrer aún con más calma este lugar, para unirnos en el esfuerzo por resignificar el territorio.

 

Solo recorriendo el espiral, avanzando en el camino, caminando hacia adentro y conociendo el territorio lograremos realmente defenderlo.

Próxima parada 04 de noviembre Humedal Neuta – Soacha.

 

Álbum web del evento en Picasa.

Tibanica y Neuta

 

JASBLEADY CASTAÑEDA

Lic. Biología – Universidad Pedagógica Nacional
@unagarzaazul

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3 comentarios

  1. Jas me ha encantado el artículo :)Que bonito lo de ese día! Abrazo miles

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