Por: Mariana Liceth Pedraza Acevedo
Twitter: @UnaGotadeLuz
Al caminar por Bogotá es muy difícil imaginar todas aquellas cosas, que escondidas, esta guarda para ti. Aún recuerdo el impacto que tuve al llegar a esta ciudad, y ver solo caos a mi alrededor, para mi fue algo muy impactante ya que para mi esta ciudad era completamente nueva.
Recuerdo esa sensación cuando mis pies, mi mente y mi asombro se encontraron con los humedales me cautivaron tanto que me enamore profundamente de ellos, durante casi 3 años de vivir en Bogotá recuerdo preguntar a todo el que conocía sobre un espacio verde y siempre se me remitía al mismo al parque Simón Bolívar, pero como aquella niña buscando mas algún día me encontré con estos increíbles ecosistemas los cuales me enamoraron y hoy no dejan de hacerlo.
Hace ya algún tiempo caminando por el Humedal Santa María del Lago, algo pareció llamarme y de un momento a otro mientras sostenía una conversación, de una manera extraordinaria sentí el impulso de ver un punto dentro del espejo de agua. Cuando de repente ví a una hermosa planta que estaba emergiendo , quedé perpleja y asombrada al ver que era una flor de loto, y solo pude reafirmar que cuando escuchas a la naturaleza ella te habla y a mi esa vez esa hermosa flor de loto me llamo.
Yo solo había visto la flor de loto en publicaciones y en el Jardín Botánico, ya que es muy difícil verla y más en una gran metrópoli como lo es Bogotá, las flores de loto no son fáciles de plantar y mucho menos de florecer, pero la naturaleza es tan mágica que para ella nada es difícil y hoy ya no existe una si no al realizar otra visita para verla vimos como emergieron otras dos.
La flor de loto es muy especial es muchas culturas es considerada como símbolo de crecimiento espiritual de lo sagrado y la representación de lo puro y es así como el que esta este creciendo en un humedal nos replantea lo especial y sagrado de estos ecosistemas, y como a pesar de que en nuestra memoria este concepto se encuentre perdido, la naturaleza aparece para recordárnoslo.
Consultando a Oswaldo Cortes (Coordinador Red Nacional de Observadores de Aves y colaborador de Humedales Bogotá) el término nenúfar se aplica, en general, a plantas acuáticas con flores que crecen en lagos, lagunas, charcas, pantanos o arroyos de corriente lenta, estando usualmente enraizadas en el fondo. Los nenúfares pertenecen a las familias Nymphaeaceae, Cabombaceae y Nelumbonaceae.
Por: Mariana Pedraza. @UnaGotadeLuz
QUE BELLO ARTICULO ME EMOCIONE MUCHO GRACIAS POR DESTACAR LO BELLO QUE SON LOS HUMEDALES.