Desde hace varios meses, estábamos a la espera de la reapertura del caudal ecológico que desde hace 4 años alimenta los espejos de agua del humedal en los sectores 2 y 3.
El pasado martes llegó ese día. Después del mediodía volvimos a ver el agua brotar por la estructura que se construyó para ese fin.
Gran noticia para todos los que estamos interesados en las óptimas condiciones de conservación del humedal, en la calidad de vida de todas las especies que dependen del vital líquido y que viven allí; más aún en este tiempo en el que el fenómeno del niño empieza a tocar las puertas de estos lugares tan sensibles a estas situaciones, las puertas de esta ciudad que día tras día absorbe los espacios naturales para convertirlos en elementos de la jungla de asfalto que nos acostumbramos a ver, condenando así a todos los seres que habitamos en ella a privarnos del placer de disfrutar de la otra cara de la Bogotá que más de la mitad de los habitantes no conoce, la que muchos no imaginan que existe, la que vienen a visitar en las inhóspitas temporadas de invierno cientos de individuos de aves del norte y del sur del continente, incluso de otras regiones del país.
Y salía esta mañana por la tubería como pidiendo a gritos querer salir después de tanto tiempo de encierro, como si tuviera vida propia, vida que ella misma genera en otros seres por el solo hecho de estar presente, incluidos nosotros.
Esperamos que permanezca fluyendo por mucho tiempo el agua que la quebrada Santa Bárbara provee al humedal para su conservación, que no se vea afectada por el fenómeno del niño ni por las manos del irracional ser humano que en su afán de satisfacer a costa de lo que sea sus incomprensibles intereses arrasa con todo a su paso.
DIEGO A. RINCÓN. @drincon82
Intérprete Ambiental
JBB – Humedal Córdoba