Por: Daniel Bernal.
La prueba fehaciente de la restauración del bosque originario de la Sabana de Bogotá se encuentra en Chía, en la Finca Santa Clara de la familia Van der Hammen.
Este es el bosque sembrado por el profesor Thomas Van der Hammen durante años, quién lo usó como aula ambiental y laboratorio vivo, donde enseñaba y charlaba con sus pupilos e interesados sobre el cómo y el por qué de la restauración de los suelos de la Sabana.
Caminando el Bosque Van der Hammen me sentí transportado al Bosque de las Mercedes de Suba (último relicto de bosque primario de planicie inundable de la Sabana de Bogotá), sólo le faltan árboles más altos y algunos Palo blanco (Ilex kunthiana) para que no hayan casi diferencias. El profesor Van der Hammen demostró que es posible la restauración de los «potreros» a bosques secundarios y luego, con el paso del tiempo, a primarios.
La finca originalmente usada para el cultivo de maíz de forma tradicional, después de ser comprada por el profesor se dejó «descansar» desde el año 1979 hasta comienzos de los 90s. En 1991 se realizó la adición de materiales abonados provenientes de la zona del cerro Majui para preparar la siembra de árboles, posteriormente, en 1992 comenzó la siembra de árboles nativos como un proceso de restauración. Árboles como el Aliso (Alnus acuminata) y el Chilco (Baccharis latifolia) fueron sembrados en este proceso que duró hasta 1995.
Después del 95 y de manera paciente y constante, el profesor continuó plantando especies nativas y evidenció la llegada de especies vegetales del sector (Chía, Majui) por dispersión natural. Hoy en día el cuidado del Bosque sigue en manos de la familia Van der Hammen y don José, quien heredó esa labor desde hace 10 años.
Así luce el Bosque Van der Hammen desde el pico del águila, montaña vecina:
El Bosque sembrado por el profesor ha sobrevivido en medio de la gigantesca ola de construcciones en Chía y es la prueba viva de cómo restaurar un «potrero» usado por decenios para la agricultura tradicional en un bosque andino de planicie. No se necesitaron grandes cantidades de dinero y maquinaria, el mismo profesor Van der Hammen con su esfuerzo y recursos propios lo logró, es cuestión de ciencia y paciencia. Este legado es la prueba científica para que el modelo sea replicado en los «potreros» de la Reserva Van der Hammen.
Conteo de Aves.
Durante dos visitas al Bosque, realicé un pequeño pajareo de 2 horas donde destaco:
1. Chamicero (Synallaxis subpudica).
2. Clarinero (Anisognathus igniventris).
3. Registro acústico de Pavas andinas (Penelope montagnii).
4. Picogrueso pechirosado macho (Pheucticus ludovicianus).
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5. Periquito de anteojos (Forpus conspicillatus).
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6. Paloma collareja (Patagioenas fasciata) que como lo dice el libro de Aves de la Sabana: «Hábitat: Matorral y BOSQUE NATIVO». (1)
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7. Paloma abuelita, colibrí chillón, copetón, azulejo, jilguero andino entre otros.
Cuando le echen el cuento o escuchen afirmaciones como: «restaurar la Reserva Van der Hammen es imposible, es muy costoso» recuerden, este bosque sembrado con recursos propios por el profesor Thomas Van der Hammen en Chía que es la prueba viviente de la posible restauración de estos terrenos.
Referencias:
- Libro: Aves de la Sabana de Bogotá, guía de campo. Asociación Bogotana de Ornitología. 2000. Bogotá, Colombia.
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Autor: Daniel Bernal, daniel@humedalesbogota.com, twitter: @danielbernalb
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Un modelo a seguir para los incrédulos y escépticos. Bien Daniel.
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