Por: Daniel Bernal
El pasado sábado 23 de Julio visitamos el humedal de Córdoba, decidimos comenzar el recorrido por el tercer sector entrando por la avenida Boyacá . A mitad del recorrido subiendo por la zona de preservación que limita con el barrio San Nicolás comenzamos a escuchar el hermoso canto de los cucaracheros comunes (Troglodytes aedon) muy común en los humedales de Bogotá y en mi opinión uno de los trinos más armoniosos y bellos.
Al buscarlos observé a uno de los individuos dirigirse a un poste de alumbrado … grande fue mi sorpresa al ver que entraba con unas pajitas en su pico para construir su nido dentro de la lámpara. Nos pusimos a registrar y fotografiar la escena, luego llego la pareja con más material para seguir construyendo su refugio.
Estuvimos unos 30 minutos observando el comportamiento de los cucaracheros, subían por los arboles, recogían pajas, hojas y trozos de ramas para finalmente llevarlos al nido, posteriormente uno de los dos se quedaba ensamblando el material para construirlo poco a poco.
Es interesante observar como las aves y la naturaleza se adaptan al entorno de forma tan maravillosa.
A nosotros los «occidentalizados» todo nos pica, nos molesta, queremos acabar con lo que nos parece «mal», lo que nos «interfiere». Vemos enjambres de zancudos en un humedal y concluimos que está sucio, sin entender que es por nuestros vertimientos, y se piensa que a esos «bichos» que son «muy peligrosos» hay que exterminarlos fumigándolos, o «mejor aún» de una vez secar el humedal para «acabar el problema de raíz».
Un triste ejemplo de nuestra realidad fueron las razones para la desaparición del humedal del barrio Bonanza, que fue exigida por la comunidad al ver la enorme cantidad de zancudos y otros animales que los estaban afectando en su convivencia, sin haber entendido nunca que el problema lo causaba la comunidad con los vertimientos de aguas residuales y con el rompimiento del ciclo natural.
Vemos que un humedal se «atraviesa» a una avenida, entonces hay que secarlo o pasarle por encima, repito: «el humedal se atraviesa a la avenida» y no «la avenida atraviesa el humedal». Muchos ejemplos existen y fueron mostrados en el articulo Top de Avenidas que atraviesan Humedales.
Por el contrario la naturaleza se adapta a nuestro ambiente artificial de formas increíbles como en este caso. Una lámpara de alumbrado rota se convierte en el nido ideal para una pareja de cucaracheros. Si estas aves estuvieran «occidentalizadas» en su forma de vivir con el entorno, jamás se les habría ocurrido construir su nido en un entorno tan artificial como este, hubieran elegido cualquier árbol cercano de los miles que hay en el humedal y hubieran tratado de tumbar el poste a como diera lugar porque «es malo y nos molesta», pero en cambio ellos vieron las ventajas de estar más protegidos en la escafandra de la lámpara y así comenzaron su labor, se adaptaron!.
Podemos concluir que la naturaleza se adapta fácilmente y convive con nuestro entorno artificial agresivo mientras nosotros seguimos viéndola como un obstáculo y tratamos de cambiarla a nuestra forma «correcta» de pensar, mientras ella nos muestra que ella es capaz de convivir con nosotros y nuestra mentalidad destructiva fácilmente.
¿Sera que algún día nosotros los occidentalizados llegaremos a ese nivel de integración con la naturaleza?, ¿ seguiremos algún día el ejemplo de nuestros antepasados indígenas los muiscas?
Si un par de aves son capaces de mostrarnos que vivimos para adaptarnos al entorno, ¿porque nosotros que decimos ser la cumbre de la evolución y la especie más inteligente en la tierra, no hemos sido capaces de entender esa realidad?.
PD: Nuestro objetivo es hacer un seguimiento continuo a este caso, así que esperen pronto más artículos al respecto, con suerte esperamos mostrar las crías.
Autor: Daniel Bernal, daniel@humedalesbogota.com, twitter: @danielbernalb