Por: Daniel Bernal.
Hace unas semanas divisé en el espejo de agua del humedal Santa María del Lago un ave que no pude identificar fácilmente pero que me pareció, por su forma, un pato canadiense. Lo curioso es que estaba solo, algo que se me hizo extraño. Este pato lo había visto siempre en grandes bandadas como en el humedal Meandro del Say o en grupos más reducidos como en el humedal La Florida, Córdoba y Jaboque. Al poderlo fotografiar con zoom, comprobé que era un pato canadiense (Anas discors), me alegró bastante pues en varios años de ir al humedal no lo había registrado.
Observé y busqué por todos lados si había otro ejemplar pero no, estaba solo.
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Pensando en si el ave estaba por accidente en el humedal, al otro día regresé y lo busqué pero ya no estaba, solo había estado por unas horas en el espejo de agua.
El ejemplar es un pato canadiense juvenil macho, pues su mancha blanca en la cara (característica de los machos) es algo difusa y no tiene el plumaje completo ni los colores del adulto. Debido a su juventud es probable que se haya extraviado y llegado al humedal al ver su espejo de agua y se tomara un descanso.
Los patos canadienses vienen de migración del norte (Boreal) para escapar de la temporada invernal. Anidan en Norteamérica desde Alaska hasta Estados Unidos Central y migran hasta el sur de Estados Unidos, Centroamérica y Suramérica, llegando en casos hasta la Argentina, una larga migración.
En esta temporada es bastante común verlo en los humedales de todo nuestro país en especial la región occidental y central, a alturas menores de 3500 metros.
Últimamente se ha registrado un comportamiento sorprende de este pato en nuestros humedales. Varios individuos en el humedal La Conejera se han quedado de la migración para reproducirse y se han observado sus crías. No se sabe si esta relacionado con el calentamiento global o cual sea la razón de este comportamiento, pero nos han dejado una grata sorpresa.
Autor: Daniel Bernal, daniel@humedalesbogota.com, twitter: @danielbernalb
Desde Bogota