Por: Daniel Bernal
Hace pocos años no tenia ni idea, ni siquiera hubiera imaginado que en Bogotá existieran loros o pericos nativos.
Acostumbrado siempre a verlos en jaulas, a la venta y haciendo lo que a los humanos se nos diera la gana, me causó gran impacto el ver, por primera vez, unos ejemplares en el humedal El Salitre. Lo primero que pensé es que se habían escapado de una jaula o que alguien los había abandonado en el humedal.
Pero mi sorpresa fue mayor cuando me explicaron que en Bogotá existen Loros y Pericos nativos y que ese pequeño y ruidoso lorito era uno de ellos: el Periquito de anteojos (Forpus conspicillatus).
Recibe el nombre de Periquito de anteojos debido a que el macho posee una región ocular de color azul que sobresale del color verde esmeralda del resto de su cuerpo. La hembra es de color verde más amarilloso y su región ocular es verde esmeralda. Su tamaño medio es de 13cm. Se ven casi siempre en grupos y andando en parejas. Consumen pasto, semillas, pequeñas bayas y frutas.
Infortunadamente es un ave común de ver en jaulas. La familia de los loros es la que más han sufrido el rigor del cautiverio, la comercialización y la inconsciencia humana. Se encuentran muchas veces en condiciones deplorables, jaulas miniatura, maltratados, malalimentados y comercializados como mercancías. Siempre al pasar por varios sectores de la ciudad me causa dolor el ver como se comercializan con las aves, los perros, los gatos y cualquier animal como si fueran juguetes o robots dispuestos a satisfacer los caprichos humanos.
Hace poco me contaba un amigo proveniente de Estados unidos, como en su país, hasta los años 90s era muy popular viajar a nuestros países caribeños, comprar ilegalmente un loro o una guacamaya, empacarlo en una botella de coca cola pintada de negro, envolverlo en la maleta de bodega y esperar a que sobreviviera el vuelo de regreso a su país. Muchos no sobrevivían a dicha tortura y si lo lograban, les cortaban las alas para que no se escaparan y ser el juguete de mostrar a los vecinos.
Me pregunto yo, si la esencia de un ave es el vuelo, ¿como podemos encerrarlos en jaulas?, ese castigo es una carcel para un animal cuyo único «pecado» es que «canta bonito» o tenga «colores vistosos».
Nada más hermoso que ver y escuchar un ave en su hábitat natural, dejémoslas ser libres y disfrutar de nuestros humedales para el deleite de visitantes y pajareros.
Autor: Daniel Bernal, daniel@humedalesbogota.com, twitter: @danielbernalb
Qué lindos, están en un árbol de Cajeto Citharexylum subflavescens,:)
gracias Daniel por tu artículo,yo pensaba o mismo. En donde encuentro másinformación del tema.
Hola Jairo Alfonso, eb libros de aves como el de la ABO.
Hola Daniel!
MIra que por cosas de la vida tengo 2 forpus hermosos!, yo no los compre se los recibí a una amiga que no pudo tenerlos y bueno la historia es larga, el caso es que yo los tengo en buenas condiciones nunca están en la jaula, están sueltos en mi cuarto y ellos hacen lo que les plazca, vuelan libre por el cuarto, comen cuando quieren y se acuestan y levantan cuando ellos lo creen conveniente. los tengo al rededor de año y medio pero siempre me he preguntado si se les puede rehabilitar para soltarlos y dejarlos libres y que tengan la vida para la que nacieron…. por internet no he encontrado mucha info tu sabes algo al respecto? se pueden rehabilitar? se pueden soltar en el humedal?, si no es así yo los amo y los sigo teniendo por siempre pero me gustaría saber si se les puede dar esa oportunidad… gracias!
Ya los entregue a la secretaria de ambiente 😀
Encontre un perico australiano en la calle, no se a donde llevarlo, no quiero enjaularlo. Necesito ayuda