Por: Jasbleady Castañeda
“Cuando la rectora vio que en mi mano derecha sostenía una araña grande y colorida, ante la sorpresa y emoción de los niños me dijo: ¡Profe, qué hace con esa araña ahí, llévesela, no le da asco?, por favor no me le deje ver a los niños esos bichos, que eso transmite enfermedades y es peligroso…”
Es la manera como algunos adultos actúan cuando tienen temor. Pero nada peor que heredar nuestros miedos a los niños, que a flor de piel tienen ganas de saberlo todo, tocar, jugar, correr, sentir, untarse.
Por ello, los niños que han crecido en los páramos y humedales o que han tenido experiencias que les han marcado sus vidas en estos lugares, despiertan un sentido de apropiación y defensa que los hace únicos. Son ellos los líderes y guardianes de nuestros cuerpos de agua, su flora y fauna, son ellos los que comprenden en medio del juego algo tan serio como proteger la naturaleza.
Así que nos compete hacer un pequeño reconocimiento a esos niños y niñas que día a día recorren nuestros humedales, y que se han dedicado a aprender sobre ellos, en un acercamiento directo con la naturaleza.
Camilo
Desde sus 3 años ha hecho parte de las actividades de la Fundación Humedales Bogotá, recorriendo desde los páramos de Chingaza y Sumapaz, hasta los Humedales de la ciudad. Habla con propiedad de sus problemáticas y riquezas. Es rescatista de tinguas azules a las que atiende con gran dedicación.
Angel Suaky Y Sol Tyhicha
Hijos de Andreita, guardiana e intérprete del Humedal La Conejera, donde ha pasado la mayor parte de su vida, siendo partícipe de su defensa y protección. Suaky y Tihycha, son entonces esa segunda generación de protectores, que han crecido en el humedal, recorriéndolo centímetro a centímetro, viendo y aprendiendo día a día de este hermoso lugar.
Paula
Hija de Doña Rosalba, protectora de la quebrada La Salitrosa, quién también ha crecido junto al proceso en defensa de los cuerpos de agua, especialmente la conejera.
Guardianes de Techotiba – Guardería “Sarita”
Un grupo de niños y niñas de entre los 2 y 12 años liderados por Edwin Pérez, intérprete ambiental del Jardín Botánico de Bogotá y que hacen parte de la Guardería Sarita a cargo de la Señora Sirley Ruiz, quien día tras día se esfuerza por brindar a los niños mejores oportunidades de aprendizaje. Juntos han hecho del Humedal de Techo un lugar para proteger y aprender sobre los humedales y el planeta.
Jacke, Samuel, Luciana, tan solo con 3 años ya recorren el humedal, Nicolás y Juan Diego, definen el humedal como un lugar muy importante en nuestra vida, Sebastián y Diego dicen que los humedales son la casita de las aves en especial los búhos. Cada vez que van al parque, Sarita y Mariana les enseñan a los niños, que no se deben trepar en los árboles, porque si lo hacen asustarán a las aves. Mientras que Julián y Javier le cuentan a las personas, que en el humedal existen seres como las monjitas bogotanas, los sauces llorones, las lentejas y las pulgas de agua.
Los guardianes recorren y frecuentan ese hermoso lugar que para muchos ya no tiene importancia, ese humedal que quieren cubrir las construcciones, ese mismo al que muchos dicen que nadie va, pero que estos pequeños cada día se encargan de mantenerlo con vida.
Sebastián Vesga
Tiene 7 años, colecciona animales de juguete, y es un apasionado por la naturaleza, en un acto heroico rescató una serpiente sabanera cerca a su hogar. El regalo de cumpleaños de sus padres fue visitar el Humedal La Conejera para liberarla como se le había recomendado. Pero el regalo resultó ser más interesante cuando logró observar una anidación de serpientes de esta misma especie, para Sebastián uno de sus mejores cumpleaños y ahora un excelente guardián de la fauna de nuestros humedales.
Gracias a ustedes, germina ahora una nueva generación que protege la vida.
Jasbleady Castañeda, Lic. Biología – Universidad Pedagógica Nacional
jasbleady@gmail.com, @unagarzaazul