Por: Daniel Bernal.
El pasado domingo 17 de Julio, por convocatoria del grupo Red juvenil territorio sur y la guía de Tina Fresneda, líder ambiental y experta conocedora, visitamos el humedal de Tibanica.
Aunque se nos había advertido bastante sobre graves problemas de seguridad en el sector y lo difícil del acceso, Tina nos mostró que no es difícil llegar y tampoco muy inseguro, lo que sucede es que algunos visitantes llegan sin avisar y sin precauciones.
Inicialmente quedamos sorprendidos por la enorme superficie de espejo de agua en todo el humedal debida a un largo proceso de limpieza y extracción de buchón. El humedal esta bien cuidado y aunque tiene enormes tensionantes, su conservación es buena y se encuentra en mejor estado que varios humedales de Bogotá. Además su extensión de 28.8 hectáreas y localización lo hacen un ecosistema estratégico desde cualquier punto de vista.
La calidad de agua del humedal es muy buena, es limpia y no presenta malos olores en ninguna zona. Una muestra de ello fue observar una Tingua moteada o de pico verde (Gallinula melanops bogotensis) en la parte occidental del humedal ya que esta especie es bastante exigente con la calidad del agua, razón por la cual es un buen bioindicador del estado de conservación del humedal.
Otras especies vistas fueron las monjitas (Chrysomus icterocephalus), Focha adulta y cría (Fulica americana), Siriri (Tyrannus melancholicus), Garza Bueyera (Bubulcus ibis), Tingua azul (Porphyrula martinica), Cucarachero común (Troglodytes aedon) y las aves tipicas como paloma torcaza (Zenaida auriculata), copetones (Zonotrichia capensis) y golondrinas (Notiochelidon murina).
Tina también nos indico que ella a observado varias veces la Tingua Bogotana (Rallus semiplumbeus), que se calculan unos 6 ejemplares, también se ha escuchado el Cucarachero de pantano (Cistothorus apolinari). Estas dos especies y la tingua moteada que se encuentran en peligro de extinción son una razón de peso para entender la gran importancia de este humedal del sur de Bogotá.
El humedal tiene un clima y un terreno muy diferente al de la mayoría de los humedales de Bogotá, la tierra es árida, la humedad es baja, el viento es muy fuerte y la precipitación es menor que en el resto de la ciudad. Lo rodean varios humedales de Soacha lo que lo convierte un corredor estratégico para la biodiversidad de nuestra ciudad.
Respecto a los tensionantes el más grave son las viviendas que se encuentran dentro del humedal y que se niegan a abandonar sus casas, estos habitantes arrojan basuras, producen ruido, poseen animales ajenos al humedal como gallinas y una enorme cantidad de perros que afectan al humedal. Calculamos haber visto unos 15 perros en la cercanÍa de las casas y otros 6 dentro de los juncales del humedal, el problema de los perros es reconocido como una problemática grave de los humedales de Bogotá por mermar la población de aves.
Esperemos que dentro de poco tiempo se solucione el problema de los habitantes del humedal y que se logre su cerramiento total lo que garantizaría un hábitat más seguro a las aves y especies del humedal. Sin embargo considero que en su estado actual este humedal es de los más valiosos de Bogotá y esta a la altura de humedales tan reconocidos y valorados como la Conejera y Córdoba y debemos enfocar nuestros esfuerzos en que el proceso de recuperación del humedal continúe.
Agradecemos especialmente a Tina Fresneda por su guía y por su real interés en la conservación del humedal, lideres ambientales como ella necesitan de nuestro apoyo y reconocimiento para que la labor de conservación y educación ambiental se mantenga.
Autor: Daniel Bernal, daniel@humedalesbogota.com, twitter: @danielbernalb
Excelente. Vale la pena visitar y luchar por los humedales. Hasta el 16 de julio pasado visité mi primer humedal (Jaboque) y quedé maravillado de su biodiversidad, belleza e importancia ecológica. Debemos seguir publicitando esta causa y apoyarla. Felicitaciones.
Sin duda alguna, Tina Fresneda es la líder ambiental más comprometida que tiene la localidad de Bosa. Qué grato me resultó encontrarme con éste artículo, soy bióloga, y tuve la oportunidad de realizar mí pasantía y mí trabajo de grado en Tibanica. Mis más gratos agradecimientos a éste humedal y a toda la magia que lo rodea. Sigan apoyando la causa, los felicito¡
el humedal se muere por la intrvencion de empresas que no estan interesadas en salvarlo solo hacen daño alos recvutrsos naturales sin verles ningun valor espritual LA ECONOMIA DEL PAIS se basa en la destrucccion y la muerte
el humedal tibanica lo tienen que cuidr mejor señores